A esta altura ya sabrán que para nosotras Géminis es un signo que está íntimamente relacionado con la sombra.
“Tanto en la mitología griega como en la romana, egipcia, india o china, cuando se menciona el tema del nacimiento de “gemelos” uno de ellos aparece como dios y el otro como diablo. Uno representa la luz y el otro la oscuridad.
En la mitología romana Rómulo y Remo eran hijos del dios de la guerra, Marte, y criados por una loba, fundando posteriormente la ciudad de Roma.
Luego los dos pelearon por la ciudad y Remo murió intentando matar a Rómulo. Remo es el gemelo “oscuro” que intenta destruir a su hermano “luminoso”, Rómulo, y muere en el intento.
Este par de fuerzas, oscura y luminosa, tiene que ver con un profundo dilema humano al que Jung llama la sombra, el enemigo interno. En este caso representado por un hermano nacido en el mismo útero, que no puede ser vencido y con quien uno debe estar continuamente en lucha.
Sin irnos mas lejos, lo mismo pasa con Satán y Cristo, ambos hijos de Dios.
Parece que el daimon que pesa en Géminis lleva al individuo a un inevitable conflicto con su opuesto oscuro. Frecuentemente el individuo lo experimenta a través de otros, mas frecuentemente en las relaciones entre hermanos, en las que un hermano es el “bueno”, aquel a quien aman los padres, mientras que el otro hermano es el “malo”, aquél sobre el que se proyectan las sombras de la familia. En estas situaciones exteriorizadas es mucho mas dificil descubrir que ese enemigo en realidad es interno, lo mismo la lucha de opuestos.”
Liz Greene en Astrología y Destino.

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